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El devastador terremoto que sufrió Haití sumió al país en un verdadero caos con dramáticas escenas. Pese a las réplicas que se sucedieron durante el día, los rescatistas de las tropas de Naciones Unidas y organismos de socorro intensificaron su trabajo para tratar de encontrar sobrevivientes.
Sobre los escombros de los edificios derruidos y por las calles se veía también gente que deambulaba tratando de encontrar a sus familiares. En medio de la desesperación, algunas personas cavaban con las manos para tratar de encontrar a sus seres queridos que creían atrapados.
Por la magnitud del terremoto, las construcciones se vinieron abajo sepultando a sus habitantes. Los autos quedaron aplastados, las calles se abrieron en profundas
grietas, los postes de luz y teléfono se derrumbaron. Ese era el marco donde trabajaban sin descanso las cuadrillas de rescate.
Miles de personas durmieron en las calles por haber perdido sus viviendas o por temor a otro terremoto. Los cuerpos sin vida de las víctimas se podían ver hoy, cerca de los escombros de edificios destruidos. Los hospitales y los puestos sanitarios están desbordados con la cantidad de heridos que reciben.
El sismo 'se produjo en una hora intermedia entre la salida del trabajo y la noche, a las cinco de la tarde, cuando buena parte de la gente estaba en vehículos de regreso a sus casas', explicó Edwin Paraison, ministro de los Haitianos Residentes en el Exterior,
Sin embargo, agregó, 'en las universidades, en las oficinas públicas donde hubo gente que se quedó hasta tarde, en los centros comerciales, hay víctimas; gente que está bajo los escombros, hay sobrevivientes en espera de ser auxiliados con los equipos necesarios'. Y remató: 'La capital del país presenta un panorama caótico'.
Si bien aún no hay cifras exactas, el primer ministro Jean-Max Bellerive, estimó que el número de muertos por el terremoto podría superar los 100.000. 'El Parlamento ha colapsado, la oficina tributaria ha colapsado, las escuelas han colapsado, los hospitales han colapsado; hay muchas escuelas con cantidad de gente muerta dentro', describió por su parte el presidente de Haití, René Preval.
Puerto Príncipe, una ciudad que no sabe de planificación ni de urbanismo y donde se calcula viven dos millones de personas, se llevó la peor parte de esta nueva tragedia, ya que el epicentro del sismo de 7 grados en la escala de Richter se situó a solo 15 kilómetros de distancia.
A todo esto se une la situación problemática por la falta de comunicaciones telefónicas, lo que impide la adecuada coordinación entre los organismos estatales y la sociedad civil, indicó el ministro. 'Es muy difícil reunir al Gobierno por falta de comunicaciones telefónicas', dijo Paraison.
Entre 115 y 200 empleados de la ONU están desaparecidos, entre ellos el jefe de la MINUSTAH, el tunecino Hédi Annabi, y su adjunto, el brasileño Luiz Carlos da Costa, quienes aparentemente se encontraban dentro del edificio.
Al menos 23 cascos azules murieron durante el terremoto, entre ellos elgendarme argentino Gustavo Gómez. Los brasileños perdieron 11 militares. Según informó esta mañana Gendarmería Nacional, Gómez tenía 33 años, estaba casado y tenía dos hijos de 3 y 4 años. Estaba en Haití desde el 29 de abril del 2009.
Gendarmería aclaró, además, que 'todavía no ha podido establecerse contacto con otro integrante del contingente que se encontraban en ciudades ubicadas a 35 kilómetros de Puerto Príncipe'. En tanto, el portavoz del Estado Mayor Conjunto, César Grando, contó que nueve soldados argentinos tuvieron que 'saltar por los balcones' del edificio de la ONU, que estaba 'en pleno funcionamiento' cuando se inició el sismo. Cuatro de ellos sufrieron 'algunos golpes' aunque están fuera de peligro. Conozca ConozcaUrl
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